martes, 17 de febrero de 2009

PERSONALIDAD REPRIMIDA



Un mal de estos tiempos, somos producto del ámbito en que vivimos, es así que éste es un síntoma dela sociedad actual y sobre todo de las mujeres.

Lo que hacemos nunca es suficiente, hay que estar en forma, tener un buen trabajo, una carrera impecable, y una familia perfecta.

Para cumplir con todas estas obligaciones no sólo demanda una gran cantidad de tiempo, también una gran energía que muchas veces nos falta, el tiempo se vuelve insuficiente , podríamos decir que el día tendría que tener 60 horas.

Las personalidades reprimidas postergan el desarrollo de una vocación, no se relacionan con los demás y dejan de hacer lo que les gusta por cumplir con las obligaciones o porque no se animan a expresar sus sentimientos.

Todo esto responde a un mecanismo psicológico que afecta nuestra calidad de vida y que sufren, sobre todo las mujeres de hoy.

La mujer sale del trabajo, pasa por el supermercado, va a buscar a los hijos, tiende la ropa, cocina, prepara la cena, etc. etc. etc.

Este puede ser el día de una mujer ocupada que tiene que combinar todas sus obligaciones de la mejor manera, pero que hay cuando no nos queda el tiempo y dejamos de lado cualquier actividad que tenga que ver con el placer o con las elecciones personales de cada una.

Socialmente las personas que cumplen con todas estas actividades” lo que se debe ser”, en ocasiones, son vistas como ideales o modelos a seguir.

Sin embargo psicológicamente, pueden hablarse de de personalidades reprimidas, este es un proceso por el cuál se sitúan fuera de la conciencia determinadas representaciones o deseos que se oponen al yo, que es la parte de nuestro aparato psíquico que se relaciona con el entorno y que se corresponde con la manera en que nos mostramos ante el mundo.

Las personalidades que sufren este tipo de transtorno, priorizan siempre el deber. Sin embargo la lista de deberes se vuelve interminable y nunca se encuentra momento para el placer.

¿Como darse cuenta?

Este es un síntoma egosintónico, es decir que no se reconoce como diferente o molesto sino que, po el contrario, se asume como habitual ya hasta positivo.
En estos casos la persona que lo padece piensa que está funcionando bien porque está haciendo todo lo que debe hacer.

Reprimirse constantemente es nocivo. Con respecto a este transtorno existen dos posibilidades de seguir, o se sigue tapando la olla, y reprimiéndose cada vez más o se deja salir todo y se produce un estallido.

Este replanteo sucede a partir de los 30 años, que es cuando surge la necesidad de reflexionar sobre la vida que se está llevando y el nivel de satisfacción con respecto a ella.

¿Porque no estudié cuando tenía ganas?, esta podría ser una de las tantas preguntas que nos hacemos que pueden provocar el “despertar” de esta situación.

Este despertar, también, lo puede provocar una persona del entorno, que vea lo que está sucediendo e intente ayudar.

En el caso de las mujeres, cuando los hijos son más grandes se encuentran menos ocupadas y es alli donde pueden comenzar a desarrollar sus actividades personales, dedicándose a sí mismas.

En estos momentos encuentran una segunda oportunidad y pueden emprender los proyectos postergados, saliendo a la luz todo lo que habían guardado durante años.
Tenemos que tener en cuenta que mientras estamos vivos tenemos la posibilidad de hacerlo y reflexionar sobre lo que nos pasa o nos hace mal.

Hay que confiar en uno mismo y aceptar las equivocaciones para seguir adelante, eso si pidiendo ayuda cuando hace falta.

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