miércoles, 30 de diciembre de 2009

PROPOSITOS PARA EL AÑO NUEVO



Las metas deben de reevaluarse periódicamente; algunas requieren reformularse, otras deben de ser descartadas; este proceso es indispensable para establecer metas viables, sino, estas se convierten en simples espejismos.

Las metas son una manifestación de nuestros sueños, prioridades y sistemas de valores, y estos cambian con el tiempo; a los 20 años , el éxito puede consistir en obtener un empleo; a los 30, en que el trabajo ofrezca flexibilidad de horario para dedicar más tiempo a la familia; sin embargo, solemos creer que las metas están grabadas en piedras. Aunque la importancia de un objetivo disminuya con el tiempo, perdura la sensación de urgencia y deseo de alcanzarlo. Desperdiciamos recursos emocionales al aferrarnos a metas que no son significativas, o que quizá hasta son contraproducentes para la vida que ahora llevamos.

¿SUEÑO O META?

Los propósitos de año nuevo están motivados por buenas intenciones, pero también por emociones. Si estas cambian, la voluntad comenzará a flaquear; un propósito serio, por el contrario, se fundamenta en una sólida planeación. La diferencia entre un sueño y una meta está en los siguientes pasos:

1.- IDENTIFIQUE UNA META ESPECÍFICA Y REALISTA. Las metas pueden ser imprecisas. Definirlas nos ayuda a descubrir nuestros auténticos deseos y capacidades. Por ejemplo, todos queremos ser felices, pero ¿Qué, exactamente, le haría feliz?, evite las respuestas obvias (un millón de dólares), abstractas (paz interior), o enigmáticas (encontrar la clave). Mientras más específico sea, tendrá mayores posibilidades de éxito. Otro ejemplo: no es suficiente el deseo de tener más dinero. Responda: ¿En qué medida quiere incrementar sus ingresos?, ¿en cuánto tiempo piensa lograrlo?, ¿Para que quiere el dinero? ¿Por qué? Intente llegar a las respuestas más elementales. Cada una le señalará una dirección y un plan.
En este proceso de descubrimiento, quizá encuentre algunas sorpresas. Tal vez la razón subyacente al deseo de incrementar sus ingresos es obtener reconocimiento social o libertad para pasar más tiempo con su familia.
Entonces, la meta no es la misma que la que se formuló en un principio, y puede haber otras formas de lograrla.

2.- ESTABLEZCA UN TIEMPO Y FORMULE UN PLAN DE ACCIÓN.Desmenuce su meta en pasos diminutos. Es necesario saber hacia donde vamos, hasta dónde queremos llegar, cuándo y cómo. Es más aceptable el planteamiento “Ahorrar 20 pesos al día” que “Cambiar de refrigerador este año”.
La mayoría de las resoluciones tienen que ver con las finanzas, el matrimonio y el peso corporal. La fórmula para lograr el éxito es la misma para todas. Por ejemplo: “Bajar de peso y mantenerlo”. En primer lugar: ¿Cuántos kilos quieres bajar? , ¿Para cuándo? Sea realista, quizá no llegue a la talla que quiera para la fiesta del próximo mes. El plan de acción es simple: Comer menos y ejercitarse más. Pero no permita que su planeación termine ahí. Establezca qué dieta va a seguir, los días en que va a ejercitarse, por cuánto tiempo… No haga compromisos que no esté dispuesta a cumplir; establezca planes que no cancelará por ningún motivo.
Asignarle una fecha a cada paso a seguir es importante porque, aún cuando la emoción del Año Nuevo se haya disipado, usted tendrá una nueva meta que alcanzar cada mes.

3.- SEA RESPONSABLE DE SU INTENCIÓN. Reconozca que usted puede. ¿ Quiere disminuir su deuda? Si realmente lo desea encontrará la forma de reducir gastos. El secreto es estar dispuesto a hacer lo necesario para lograrlo. Reconozca también que sólo puede hacer resoluciones para si misma. No es posible establecer metas para su pareja, sus amistades o hijos.
Simplemente puede inspirarlos con su ejemplo.

TIPS PARA CUMPLIR SUS METAS

Adopte el sistema del vigilante. Establezca un sistema para mantener la disciplina, en forma de una persona o grupo con quien comparta su meta, y toque base frecuentemente. Todos tenemos en nuestra vida alguien que nos da lata (“¿Ya llevaste tu currículo”?, “¿Tomaste tu clase”? ). Pida a esta persona que le ayude a mantenerse en línea.
Resuelva el enigma de la meta imposible. Existen metas que parecen imposibles. A pesar de estar bien definidas y contar con un plan de acción, año tras año se truncan. El fracaso repetido se convierte en equipaje emocional y hace que las metas sean cada vez más difíciles de lograr. En este caso, quedan dos opciones: modificar los métodos o sustituir la meta por la aceptación.
Sea honesta consigo misma. Tome un lápiz y un papel y haga dos columnas. Titule la primera
“Por que ahora”, y la segunda “Por qué no”. En la primera, anote las razones por las que considera que es el momento adecuado de acometer el reto. En la otra, escriba los obstáculos que enfrentaría (Por ejemplo, si tiene bebés quizá no sea el momento de iniciar un nuevo proyecto profesional).

Este ejercicio le ayudará a determinar si la meta es viable.

No se sature. Evite acometer más de una meta por vez. La idea es establecer pasos pequeños y seguros; no dar un giro de 360 grados en 24 hrs.
Sustituya una conducta vieja por una nueva. Los hábitos no se rompen se trata más bien de sustituir una conducta con otra.

Prémiese. Trabajar para lograr una meta es un logro por sí mismo. Coma un postre después de una semana de dieta, o cómprese un lindo detalle. Sea especialmente considerada consigo misma cuando enfrente contratiempos. En vez de sumirse en la culpa o abandonar su lucha, examine las razones por las que desvió el curso.