jueves, 21 de mayo de 2009

CONFLICTOS EN LA PAREJA, ¿Y LOS HIJOS?



Cuando el matrimonio está en conflicto, los padres deben evitar desfogarse con sus hijos porque eso podría provocarles problemas sicológicos.

Las peleas en el matrimonio no deben ser motivo para que los padres se desquiten con sus hijos, porque estos conflictos pueden causarles daños sicológicos. Debes entender que “los padres son, para los hijos, lo más importante”, comenta la sicóloga Mónica Quitón. Por ello, si atraviesas problemas, es mejor que busques un momento de calma con tu esposo y para conversar con tus hijos, así explicarles lo que está ocurriendo.

Los hijos de matrimonios en conflicto, por lo general, terminan con problemas de inseguridad, se sienten poco queridos, desamparados y esto causa sufrimiento. Respira profundo y piensa dos veces antes de explotar con tus niños por los problemas que tienes ¡Ellos son lo más importante!

Sumas

AMOR, si dejas que tus hijos sean tus mejores amigos. Su amor por ti crecerá si en momentos difíciles, en vez de desfogarte con ellos, les explicas qué es lo que está pasando en la familia.

SALUD, si evitas que tus hijos se preocupen por los problemas entre tú y tu pareja. Si ellos son testigos de esos conflictos pueden adquirir problemas de inseguridad y baja autoestima.

PAZ, si llevas con madurez tus problemas, es difícil pero no es imposible. Eso te ayudará a mantener el ambiente de paz y tranquilidad que debe tener tu hogar.

HONESTIDAD, si hablas con tus hijos con la sinceridad que requiere el tema. Así ellos aprenderán de ti y cultivarán esta virtud cada vez que charlen contigo.



AYUDA, si valoras todo lo que tus hijos te pueden dar. Su amor puede llegar a ser la mayor solución a cualquiera de tus tristezas. Acepta todo lo bueno que puedan ofrecerte por más pequeño que sea.

Restas

RESPETO. Si tus hijos presencian tus peleas. Es mejor evitar que ellos te vean reñir con tu esposo. Pero si eso sucede, explícales qué es lo que ocurre, esto para evitarles sufrimiento y preocupación.

SINCERIDAD, si mientes a tus hijos cada vez que hay un conflicto. Tú, seas padre o madre, eres el mayor referente que ellos tienen. Así que si les escondes la verdad, ellos también lo harán.

PREOCUPACIONES, si en vez de desfogarte con ellos, les enseñas que a veces los conflictos son inevitables ¡Busca soluciones y no culpables!

AMARGURA, si miras tus problemas como retos a superar. De esta manera reducirás tus penas y las amarguras. Además, te permitirá encontrar soluciones.

TRANQUILIDAD, pues además de tener que lidiar con tus conflictos de pareja, también deberás luchar contra los problemas que adquirirán tus hijos a causa de las riñas y discusiones en el hogar.

Los niños, muchas veces, asumen las culpas por los conflictos de los padres. Explícales con sinceridad lo que está pasando.

Fuente:psicologiainfantil.com

martes, 19 de mayo de 2009

VIOLENCIA PSICOLOGICA, PARTE 2



El acoso escolar se diferencia del acoso en el trabajo, llamado mobbing, en lo siguiente:

 El acoso escolar consiste en intimidar a un compañero de clase. Es una forma de acoso entre iguales. El matón intimida y atemoriza a la luz del día, haciendo alarde ostentoso de su fuerza, su poder o su autoridad de chulo. Su objetivo es ése, demostrar que puede más que nadie y que puede destruir a quien le caiga mal o a quien decida acobardar arbitrariamente. La víctima puede ser cualquiera, generalmente alguien débil.

 El acoso laboral consiste en desgastar a la víctima para que se autoelimine. Es una forma de acoso vertical, de arriba abajo. El agresor actúa con mayor maldad y es más artero que el matón, porque se mueve en la sombra, con disimulo, y con el objetivo de eliminar a una víctima que no es cualquiera, sino alguien elegido con atención, porque estorba a sus planes, le hace sombra o, de alguna manera, perturba su quehacer. Su acción es, por tanto, mucho más premeditada y cruel que la del matón, que solamente busca liderazgo.

La intimidación se da en estas condiciones:

 Que exista una víctima indefensa que reciba la violencia del matón, en una relación de poder y fuerza de arriba abajo, es decir, que el agresor tenga más fuerza física o mando, aunque se trate de compañeros de clase.

 Que se produzca de forma repetida y durante un período de tiempo, como mínimo, de un mes.

 Que la agresión sea verbal, física o psicológica.

 Pueden existir también amenazas y chantajes.

Es necesario entender de que el acoso escolar no son simples "peleas entre chavales" o situaciones que han de resolver entre ellos. El acoso entre escolares puede provocar el suicidio del niño que lo padece. Cuando menos, el acoso escolar es una situación grave para todos, de la que es preciso tomar conciencia, defender a la víctima y cambiar la conducta del agresor.

Ya sabemos que siempre surgen problemas, que todos hemos de hacernos un lugar en la sociedad a base de discusiones, tropezones, zancadillas y luchas y que el colegio no es más que un reflejo de la sociedad, pero el acoso escolar no es cuestión de discusiones, tropezones y zancadillas, sino de una situación de abuso continuado con el visto bueno (o la vista gorda) de personas que podrían remediarlo o, al menos, denunciarlo.

Es importante no confundir los problemas a que todo menor o mayor ha de enfrentarse durante su acceso y su permanencia en la sociedad con el acoso escolar. Ni hay que llevar a los tribunales los casos de peleas, discusiones, tropezones o zancadillas, ni hay que dejar pasar los casos de acoso escolar como "cosas de críos". Aunque se trate de chavales, de igual a igual, de entorno escolar, sigue siendo acoso y sigue siendo un ataque a la dignidad y a la integridad moral de la persona. Y los menores tienen derechos a respetar y a hacer respetar.


El acoso afectivo

Dentro del acoso psicológico, hay que hablar del acoso afectivo, que es una conducta de dependencia en la que el acosador depende emocionalmente de su víctima hasta el punto de hacerle la vida imposible. El acosador devora el tiempo de su víctima o bien la devora con sus manifestaciones continuas y exageradas de afecto y sus demandas de afecto.

En cualquiera de los casos, el acosar le roba a su víctima la intimidad, la tranquilidad y el tiempo para realizar sus tareas o para llevar a cabo sus actividades, porque el acosador la interrumpe constantemente con sus demandas y, apenas la deja respirar entre petición y petición, pero siempre con mimos, con arrumacos y con caricias inoportunos y agobiantes.

Si la víctima rechaza someterse a esta forma de acoso, el verdugo se queja, llora, se desespera, implora, amenaza con retirarle su afecto o con "cometer una tontería", llegando incluso a intentos de suicidio y a explosiones realmente espectaculares que justifica diciendo que todo lo hace por cariño. Esto supone añadir el chantaje afectivo a la estrategia de acoso.


La manipulación mental

Esta forma de violencia supone el desconocimiento del valor de la víctima como ser humano, en lo que concierne a su libertad, a su autonomía, a su derecho a tomar decisiones propias acerca de su propia vida y de sus propios valores. La manipulación mental puede comprender el chantaje afectivo.

En la manipulación se da una relación asimétrica entre dos o más personas. Es asimétrica porque una da y la otra recibe, una gana y la otra pierde. Las tácticas de manipulación incluyen amenazas y críticas, que generan miedo, la culpa o vergüenza encaminados a movilizar a la víctima en la dirección que desea el manipulador.


La agresión insospechada

La agresión insospechada es una forma de violencia psicológica tan sutil y elaborada que se disimula y oculta entre las fibras del tejido social. La agresión insospechada es la que muchos agresores ejercen disfrazándola de protección, de atención, de buenas intenciones y de buenos deseos.

Una forma de agresión insospechada es la que ejercen las personas sobreprotectoras sobre sus protegidos. Les rodean de atenciones, de mimos y de cuidados, pero no les permiten desarrollarse como personas autónomas, no les permiten ejercer su derecho a la libertad, no les permiten escapar del entorno artificial que han fabricado para ellas. Todo lo hace el protector por el bien de su protegido, eliminando de su camino el menor escollo, para librarle de todas las desazones de la vida. Y el protegido no llega a crecer ni a independizarse nunca. Y el día que el protector falte o no pueda seguirle protegiendo, su integridad valdrá bien poco.

Otra forma de agresión insospechada es la que ejercemos sobre nuestros mayores, cuando creemos que les mostramos amor y consideración dándoles tareas para "que se sientan útiles", como si no se hubieran ya ganado el derecho a dejar de ser útiles. Muchas personas agobian a sus mayores con demandas de ayuda, sin tener en cuenta que los mayores ya se han jubilado de esas tareas y tienen derecho a vivir sin trabajar. Muchos jóvenes tienen a sus padres como canguros continuos, privándoles del derecho de salir con sus amigos, de viajar a su gusto o de sentarse a no hacer nada, que bien se lo han ganado.

Muchos jóvenes llevan a sus mayores a vivir con ellos para que no estén solos y los convierten en chica para todo, privándoles de libertad, de descanso y, muchas veces, de lugar de residencia, pues muchos ancianos viven una temporada con cada hijo, con lo cual carecen de referencia y de vivienda fija. Los convierten en nómadas y en sirvientes sin paga. Y la sociedad se hace lenguas de lo que esos hijos quieren a sus padres, mientras que otros los "meten" en una residencia.

Otra forma de agresión insospechada que todos practicamos alguna vez son los consejos. Los consejos tienen a veces un matiz de amenaza y otras veces son una forma de acoso contra la persona que se empeña en no dejarse aconsejar.

Hay mucha gente que necesita dar su visto bueno a las acciones de los demás, ofrecer su consejo sapientísimo o, por el contrario, oponer su veto a los proyectos de los demás. Hay gente que se permite dar su beneplácito a que otros sean homosexuales, a que otros se enamoren a la vejez, a que otros no sean creyentes o a que otros realicen actividades poco comunes. Hay gente que se permite aconsejar lo que hay que hacer en una u otra situación y hasta previene el desastre si no se siguen sus recomendaciones. Hay gente que se opone con todas sus fuerzas a que otros hagan algo que ni les va ni les viene, pero en lo que ellos no pueden dejar de intervenir.

lunes, 18 de mayo de 2009

LA MENSTRUACIÓN Y TU PIEL



Todas hemos experimentado cambios en nuestro cutis antes de la menstruación. Generalmente el cutis se torna más graso y aparecen espinillas o algún barrito y para las mujeres que tienen problemas de acné es en este momento que se incrementa. Todo esto se debe al cambio hormonal.

El ciclo femenino puede ser dividido en tres etapas: menstruación o el tiempo de sangrado, pre-ovulación y post-ovulación. Estos son los cambios más comunes en la piel en cada etapa:

Pre-ovulación: La ovulación tiene lugar cerca del catorceavo día de tu ciclo menstrual, el cual comienza el primer día de tu regla. Cuando finaliza el sangrado el estrógeno aumenta lo cual ayuda a que la piel este más sana y hermosa.

Ovulación y menstruación. La piel comienza a ponerse grasa y los problemas de acné se incrementan en personas propensas a ello.

Cuidado de la piel de acuerdo a tu periodo
Estando conscientes de los cambios hormonales en nuestro cuerpo podemos tomar algunas precauciones. La ovulación no ocurre exactamente el DIA 14 en todas las mujeres pero si observas tu ciclo puedes ver cuando empieza tu piel a cambiar.

Si sufres de acne o barros cercanos o durante la menstruación, aproximadamente semana y media después del periodo puedes:

1- Poner mas énfasis en la limpieza de tu piel

2- Usar una crema o gel con acido benzoico (son las cremas comunes para el acne) en las áreas donde normalmente te salen las espinillas. Esta es una capa ligera para prevenirlas no esperes a que salgan hay que evitarlas. Evita las cremas con mas de 5% de concentración para no irritar la piel.

Otros cambios durante el ciclo:
Si te aparezca mas vello en el rostro o en el cuerpo y tu periodo es bastante irregular es posible que tengas algún desorden de tipo hormonal y necesites acudir al médico.

Durante el periodo y unos días antes de este la piel es más sensible por lo que hay que evitar depilaciones.