sábado, 9 de febrero de 2013

TRANSMUTEMOS

Transmutar por su definición se conoce como el arte de transformar o cambiar de naturaleza, forma, estado o substancia algo de poco valor hacia algo de mayor valor. En la antigüedad era el arte empleado para cambiar el estado de los metales simples en Oro. Mejor conocido como la Alquimia. Ahora aplicado al arte de transformación del ser; podemos decir que la transmutación es el proceso de mejora del comportamiento del hombre, logrado de grado en grado, de comprensión en comprensión, elevando su vibración paso a paso hacia un nivel más nítido. Al aprender a transmutar todo lo que nos ocurre en la vida, ya en nuestro interior no hay cabida para almacenar sentimientos negativos tales como odio, rencor, envidia; también se hace obsoleto el uso de actitudes como el juzgar, criticar. Se hacen insostenibles los esquemas y paradigmas creados por nuestra personalidad, ya que todo aquello que vaya en contra de nuestro anhelo de desenvolvimiento espiritual será transmutado en aspectos favorables para el mismo. En este sentido aprenderemos a cambiar nuestras reacciones inmediatas, por otras ya seleccionadas conscientemente, como por ejemplo: Validar en vez de descalificar, cooperar en vez de rivalizar, Aceptar en vez de porfiar, ayudar en vez de criticar, incorporar en vez de excluir, ampliar puntos de vista en vez de atrincherarse. Según las leyes de la física, la energía no puede ser destruida, sino transformada. Por esta razón la habilidad de transmutar nos permite convertir esas cargas negativas que recibimos en cargas positivas. La consecuencia de transmutar en nuestro desenvolvimiento espiritual, es la adquisición y manifestación de la conciencia participativa, de la total convicción de que estamos íntimamente unidos al universo. Que somos parte inseparable de todo lo que existe. Lograr este nivel, permitirá que todas nuestras acciones sean la manifestación de la vivencia diaria de la renuncia, del trabajo en equipo, de la expresión de la mística del corazón, del arte de relacionarnos efectivamente, de mantener el estado de oración, de la detención, de la reflexión. Vivir bajo estos esquemas contribuirá inexorablemente a la promoción de la paz, el progreso, la armonía y el bienestar para todos los seres humanos.