domingo, 8 de marzo de 2009

¿TE VOLVERIAS A CASAR DESPUÉS DE UN DIVORCIO?



Mientras los hombres que hoy en día inician un nuevo matrimonio deciden rectificar rumbos y prodigar a su nueva pareja, las mujeres parecen estar dispuestas a demostrar que el estar sin un hombre no es un estado tan desolador como lo era antes”.

Todos deseamos ser amados y compartir el amor con quien nos inspira tan noble sentimiento. Sí, además dicha relación se efectúa dentro de las normas instituidas por la sociedad, comprometiéndose en matrimonio, esto da como resultado un estilo de vida calificado como “ideal y satisfactorio”.

Pero, ¿qué sucede cuando dicho compromiso se rompe por innumerables causas, entre ellas separaciones, divorcios o pérdida de uno de los cónyuges?


Existen marcadas diferencias que determinan el hecho para que una vez concluído un matrimonio, se inicie otro, como lo son: las diferencias entre sexos, la edad, el nivel socio-cultural y la madurez emocional entre otras.

LOS HOMBRES SE VUELVEN A CASARSE

Mientras de cada 10 hombres que concluyen una relación matrimonial, ocho tarde o temprano son “felices reincidentes”, en contraposición, de cada 10 mujeres en la misma situación, “ocho permane cen solteras, mientras dos lo piensan mucho antes de involucrarse sentimentalmente en una relación de compromiso, como lo es el matrimonio”.

¿A qué se debe que esto ocurra? ¿Cuáles son las causas que provocan que las mujeres cada vez más frecuentemente expresen?:¿Yo… volverme a casar?, “Ni loca”. ¿Qué buscan los hombres en un nuevo matrimonio?, y ¿Qué inhibe a las mujeres a huir de este vínculo?

En gran parte de la sociedad actual persiste el “control económico, afectivo, emocional del hombre sobre la mujer”. Erróneamente se piensa que a menor nivel socio-económico y cultural prevalece el abuso de las esposas como un grave problema social, cuando es bien sabido que esto sucede en cualquier ámbito…

¡LA MUJER TRABAJA MÁS!

Estudios de tiempo y presupuesto revelan que existe un patrón consistente de que la mujer realiza mucho más trabajo que el hombre!. Aquellas dedicadas exclusivamente a las labores del hogar consideran a éstas repetitivas y de aislamiento.

Su trabajo es menos visible que el trabajo remunerado, reditúa poco “status social” y ninguna independencia económica.
Para quienes además desarrollan alguna actividad o profesión fuera de casa, se enfrentan a dos situaciones: proveerse de ayuda doméstica (sí es que la encuentran) o trabajar además de su jornada laboral de 26 a 35 horas adicionales a la semana para mantener “el hogar en orden”.

¡BENDITA LIBERACIÓN FEMENINA!

Manifiestan algunas mujeres con ironía, refiriéndose a la situación actual de parejas. Mientras me realizo personal y profesionalmente, debo pensar: Saliendo del trabajo llegaré al súper, “tengo que comprar el material para que mi hijo termine la tarea”, “olvidé dejar funcionando la lavadora”; son expresiones frecuentes en mujeres que trabajan fuera del hogar.

Las generaciones de madres de los 70 y 80 que han vivido éstas y otras expresiones similares, pretenden educar a sus hijos cambiando los esquemas. De tal forma que es cada vez más común ver parejas de jóvenes compartiendo responsabilidades y derechos.
Y es que el matrimonio es “cuestión de dos”, cuando no se pasa del plano del “yo” al “nosotros”, no se tiene nada que ofrecer.

¡BUSCAR PRIMERO TÚ PROPIA FELICIDAD!

Aunque sea brevemente, parece haber un cambio de actitud tanto de parte de los hombres, como de las mujeres, a favor de una mayor equidad.
Mientras los hombres que hoy en día inician un nuevo matrimonio, deciden rectificar rumbos y prodigar a su nueva pareja lo que no estaban dispuestos a conceder a la anterior, las mujeres parecen estar dispuestas a demostrar que el estar sin un hombre durante buen tiempo, no parece ser un estado tan desolador como lo era antes.

¡Conservar la libertad de elegir cómo vivir e ir en busca de la propia felicidad representa lo único importante para ambos sexos!.
“Cuando se es esclavo de algo o de alguién, no se puede pensar, hablar, sentir ni actuar libremente.

Para iniciar satisfactoriamente una nueva vida en pareja, se requiere aprender a valorarse, respetarse y cerrar heridas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario