martes, 14 de abril de 2009

¡SE LA MEJOR!, MAMAY PAREJA, PARTE I



Desde el momento que nace el niño, algunos esposos se sienten relegados por sus mujeres. Valora ambos roles y saldrás adelante.

“Dedico todo el tiempo posible del día a mi niña y por momentos me es muy difícil darle atención a mi esposo”, comenta Alejandra, madre de una bebé de ocho meses.

Esta situación no es extraña en muchas parejas, principalmente porque la mujer no equilibra bien sus roles de madre y esposa. Ser mamá es un instinto natural a diferencia de cualquier otro rol. Por eso la mujer tiene que darse tiempo y administrar sus funciones para que no olvide... ser madre y esposa a la vez.

DOS ROLES DIFERENTES

El amor es uno de los objetivos primordiales en la vida de cada persona, cuando se supone que se lo encuentra, la pareja busca el matrimonio como una realización de su sentimiento.

Luego, como parte de la convivencia, vienen los hijos. Esta etapa es diferente a cuando el par comenzó. “Algo normal es que la madre, luego del parto, dé mucha atención y llene de cariño al niño, claro que eso incluye darle tiempo a su criatura”, explica la sicóloga Tatiana Jáuregui.

Un buen consejo: si el padre siente que su mujer se está alejando cada día más, debe asimilar que es un proceso normal, aunque erróneo a la vez, porque él tiene que compartir más momentos con la esposa y adquirir el rol de papá, es dar un paso seguro en este camino.

La inteligencia juega un papel vital en esta etapa, “el esposo tiene que recordar a la mujer la función que tiene como madre y pareja”, expresa Annie Palenque, terapeuta familiar. En ese sentido, las mujeres deben encontrar el equilibrio entre sus roles, de mujer y de madre, lo mismo que el hombre, pues la cosa es de a dos.

MAMÁ Y ESPOSA: UN COMPLEMENTO

Cuando se tiene la dicha de traer al mundo un niño, se corre el riesgo de desplazar al esposo del rol de pareja. Aunque no parezca, él se siente mal, pero no lo demuestra. Ese malestar llega a tal punto que siente celos de su propio hijo y esto se refleja cuando él deja de sentir y ejercer su paternidad como tanto lo deseaba, en esos nueve meses de gestación. “Complementar los dos roles; hay tiempo para ser madre, una buena mamá, pero también hay tiempo para ser esposa y una buena esposa”, argumenta Palenque. Es importante recalcar que al administrar bien el tiempo, se complementan ambos roles. Mezclar las funciones evitará contratiempos.

Otro punto fundamental es no dar mayor importancia a uno u otro rol; el tiempo es oro con tu bebé y también con tu esposo, más si tienes otros hijos, que también demandan.

Cuando sobrepones las funciones cometes el grave error de ser una madre más para tu esposo y él no necesita de tus cuidados maternales.

Es importante compartir el tiempo necesario sólo los dos, tú y tu pareja, ya sea dentro o fuera de casa. ¡Ojo!, sin descuidar a tu criatura. “Si los esposos están bien, entonces no tendrán problemas como padres”, dice Jáuregui.

Tener un hijo es una etapa más en la vida y requiere demasiada responsabilidad y madurez. No caigas en el error de catalogar a tu hijo como un trofeo y trates de ganarte su simpatía con materialismo y cariños exagerados; recuerda, no seas sólo buena madre y una mala esposa.

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