lunes, 27 de abril de 2009

¿QUE ES LA OSTEOPOROSIS?, PARTE 2

Verdades acerca de los huesos

Hueso, un tejido vivo dinámico
En el cuerpo, los huesos tienen vida. Cuentan con sus propios nervios y vasos sanguíneos, y están compuestos por células vivas, que contribuyen a su crecimiento y reparación. Además, el hueso está constituido por proteínas, minerales y vitaminas.
Los bebés nacen con alrededor de 300 huesos blandos (constituidos, principalmente, por cartílago). Durante la niñez y la adolescencia, el cartílago crece y es reemplazado, lentamente, por hueso “duro”. Más tarde, alguno de estos huesos se unen y, por tal motivo, el esqueleto adulto posee 206 huesos duros.

Principales funciones de los huesos:

Proporcionar sostén estructural al cuerpo
Brindar protección a los órganos vitales
Brindar un medio para la médula (donde se producen los glóbulos)
Actuar como área de almacenamiento de minerales (como el calcio)




Fotografía de Paul Crompton ©Escuela de
Medicina, Universidad de Wales:
Hueso trabecular/Hueso cortical


Los huesos están compuestos por dos tipos de tejido:

1. Capa externa dura, denominada hueso cortical (compacto), que es muy denso y resistente.

2. Capa interna esponjosa, denominada hueso trabecular (canceloso), que es más liviano y menos denso que el hueso compacto, pero aún muy resistente.

¿Qué es el pico de masa ósea?

Alrededor de los veinte o veinticinco años, se completa el proceso de crecimiento de los huesos, y se alcanza, normalmente, el “pico de masa ósea”. El pico de masa ósea es la masa ósea máxima que se logra alcanzar en la vida. La masa ósea máxima se alcanza a una edad que varía según las distintas partes del esqueleto y las distintas poblaciones. La masa ósea máxima de un individuo se calcula, principalmente, por los factores genéticos. Sin embargo, también influyen en el desarrollo óseo otros factores, como la alimentación, la actividad física y la enfermedad. En los jóvenes, es importante optimizar al máximo el pico de masa ósea, a fin de reducir el riesgo de osteoporosis con el correr de los años.

A medida que envejecemos, no podemos reemplazar el tejido óseo con la misma rapidez con que lo perdemos, en un proceso denominado “remodelación ósea”. En las mujeres, la tasa de pérdida de tejido óseo aumenta significativamente después de la menopausia, cuando cesa la producción de estrógeno, y los huesos ya no se benefician con su efecto protector. Los hombres también experimentan pérdida de tejido óseo, pero la tasa de pérdida es mucho más lenta que en las mujeres. Los factores en el estilo de vida (véase prevención) pueden ayudar a reducir la pérdida ósea relacionada con la edad, que contribuye al riesgo de osteoporosis.

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